NUEVO COMIENZO

|

Me quedé sin ti y me encontré sola, y estando sola me descubrí libre, tranquila… incluso podría decir que feliz, y ¡viva! Disfrutando más de lo que alguna vez pensé de la vida que sigue sin ti. Y pensar que algún día me aferre a un sueño loco, a un deseo estúpido, a una esperanza sinsentido… a ti. A ti que te pensé sincero, diferente, original… mío.

¿EXCUSAS?

|
Nunca me han gustado éste tipo de cosas porque en mi paranoia, creo que alguien en algún futuro lejano o no lejano conspirara en mi contra para hacerme quedar mal de todas las maneras posibles y encontrará en mi “adolescente juventud” la excusa perfecta para convencer al mundo de que puede (y debe) prescindir de mi exigua presencia en el mundo. Así es, y es que ¿cómo confiar en una persona profundamente angustiada por el claro sentido-sinsentido de la realidad? Amm, al menos eso es lo que pienso cuando la egolatría domina mi carácter. En otras ocasiones, por el contrario, llego a creer firmemente que no hay nada interesante o en alguna medida trascendente que pueda compartir con otra persona. De las dos opciones antes mencionadas creo que la segunda es la más factible y acercada a la realidad. De cualquier forma estoy haciendo esto hoy, ahora, y no sé si es en contra de mis principios, porque puedo justificar mis acciones diciendo que sólo quiero dejar salir todos esos pensamientos que se arremolinan en mi cabeza día y noche, noche y día, porque tal vez de esta manera pueda descansar de ellos y… de mi (aunque sea sólo un poco). Y entonces, ¿por qué no intentarlo?