OTRO AÑO MÁS QUE SE VA Y OTRA COSA MENOS QUE ME IMPORTA

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Tan promotedor como llegan todos los años, con esa cara que huele a nuevo y que espera ser mejor que ningún otro. Ni qué decir, puedo resumir el año en un enunciado: Ahora I just don't feel like I'm lost, but I'm a loser too.

No pretendo de ninguna forma hacer un recuento de lo que fue mi 2012, porque ni siquiera quiero afrontar todo lo que ha pasado en él, pero en ocasiones pienso, reflexiono y vuelvo a pensar que no quiero seguir pensando en éste abismo, en los fracasos, en los malos momentos, en la nostalgia, en Él, en el fraude, en lo mucho que falta para que los derechos humanos sean una realidad, en los animales maltratados y en todas aquellas cosas que me hacen una persona sensible y lastimera que quiere lo que no puede tener.

A veces me siento como una canción de Adele, como si la incertidumbre y la desilusión fueran mi modo de vida pero al final siempre con un atisbo de esperanza. Y entonces me encantaría hablar con él y tener una de esas conversaciones que me hacían olvidar no lo que estaba mal en el mundo, sino la manera en la que me sentía ante ello, porque con él las dudas se convertían en certezas y yo me sentía segura. Y luego recuerdo que de él sólo me quedan pedazos de memorias tangibles e intangibles que se mezclan entre sí para extrañarlo como lo hago, pero entonces recuerdo también que lo que sea que hubiera entre nosotros se esfumo en un momento y que el continuó su vida sin mi. En ese momento la vida se vuelve más triste de lo que debería ser y la soledad cala más profundamente que de costumbre.

Me pregunto cuándo será el día en que Él deje de doler y yo deje de tratar de llenar su lugar con otras personas, cosas, ideas. Y mientras tanto, sólo quiero sobrevivir a lo que resta del año... o tal vez un poco más.

2 QUESTIONS 1 ANSWER

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Dos preguntas fueron la respuesta a mi incierto destino pero a la vez a mis más grandes deseos:

- ¿Y si quedo? - Eso era lo que me preocupaba cada que aspiraba a un puesto de trabajo, la tormentosa idea de trabajar en algún lugar del que no podía estar segura en lo absoluto. Me preocupaba la idea de que estuviera vendiendo mi alma al mejor postor y que jamás podría recuperarla. Dejaba de dormir pensando que mis sueños se apagarían y que estaba renunciando al futuro incierto en el que me aguardaba (no tengo idea de qué manera) la cristalización de aquellos proyectos que desde tanto tiempo atrás se venían formando en mi cabeza. Y entonces en la pregunta se agrupaban todos esos miedos.

- ¿Y si no quedo? - Esa era la otra pregunta que me angustiaba, pero claro, por diferentes motivos. No quería pensar en lo que podría pasar de no quedar en la maestría, en la única que me había parecido rescatable y enfocada a los ámbitos en los que están puestos mis ideales, aún sigo un poco renuente a tomar el gran paso. Y es que cómo no estar nerviosa, cómo no tener miedo del resultado, si probablemente eso lo defina todo! Bueno, bueno, tal vez exagero un poco, pero no dejo de tener un poco de miedo.

De cualquier forma, la respuesta es clara, lo que quiero no podría ser más evidente, y no hay apatía, sólo miedo, mucho miedo. Pero nada que me impida de menos intentarlo (o al menos eso espero). Ahora me pongo en camino para abrir la oportunidad, y que pase lo que tenga que pasar (si es que eso puede ser un consuelo).

WEL ( WHAT EVER LOSER )

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- ¿Y vas a rentar un departamento pensando en que te quieres ir?
- Pues sí, se puede rentar rápido si me voy después o... bueno, es que yo soy de esas personas a las que les gusta sentir que tienen algo a donde regresar así que igual seguiría rentándolo... para mi.

Y no miento at all, soy cobarde, lo acepto. Juro que si yo tuviera el poder de regresar el tiempo reinventaria mi vida una y otra vez porque nada me llena, porque las alegrías son efímeras, porque mi seguridad es como la de los lápices que siempre tienen borrador, porque yo soy la impulsiva que abre una puerta sin haber cerrado otra, porque la vida, lo nuevo, el futuro, me da miedo. 

El pasado se convierte en nostalgia, el futuro siempre es incierto, y es que cada que el futuro se transforma en presente y nada es lo que imagine, entonces es cuando aparece la ansiedad, el pánico y un sin fin de sentimientos que no tiene caso describir porque vivo huyendo de ellos.

A veces me doy ánimos pensando que todo será mejor y que todo habrá valido la pena, pero tal vez tienen razón, tal vez me la paso pensando que no quiero estancarme en algún lugar y al final termino haciendo sólo eso: pensando... en el mismo lugar, sin progresar. Lo demás no interesa, cuando alguien que te importa te dice lo que no quieres oir, las suyas son las únicas palabras que retúmban en tu cabeza y ahuyentan tus ilusiones para estancarte en cualquier lugar... al menos a sabiendas.

EL TIEMPO A LOS 20 AÑOS EN EL SIGLO XXI

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Es triste porque es cierto, ya no hay futuro porque ya no hay tiempo, o si acaso, ya no hay tiempo porque ya no hay futuro. 

(Por cierto, cuando sea grande moriría por ser como Pablo Fernández Christlieb)

FAIRY TALES

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Hay cuentos que me encantan, cuentos que no puedo dejar de creer y vivir para hacer realidad. Pero en el otro extremo están esos que, aunque bonitos, nunca he visto posibles. 

Soy de aquellas idealistas que creen en esas bonitas historias que cuentan que otro mundo es posible, que se deben combatir las injusticias y que la gente debe vivir dignamente. Sin embargo, también soy de esas personas que muchos catalogaran de amargadas porque no creo en el amor, o al menos no en esos cuentos que siempre acaban con un "y vivieron felices para siempre". 

Por lo que sé, ni unos ni otros han resultado (ya no se diga ciertos) caminos por los que se puede transitar fácilmente. De hecho, probablemente en eso se basan esos sueños en busca de lo que quiera que sea la felicidad. Por un lado, he visto amigos y amigas partir uno a uno para "vivir" el amor e incluso mis propias experiencias me han demostrado que no hay relación de pareja que, más haya de durar, sea un verdadero trabajo en equipo que impulse el potencial de cada uno de los involucrados. El saldo en ese aspecto ha sido mi falta de fe en el amor y, por mucho que pese, la continua desconfianza en las personas para lograr hacer amigos que no piense se irán o me cambiaran en la primera oportunidad que tengan. Por eso y más que nada es que me mantengo renuente a creer y vivir esos cuentos.

Luego están los cuentos idealistas que quieren un mundo mejor, esos son los que no me dejan, los que se encuentran tras cada paso y tras cada mala decisión que he tomado ultimamente. Y en realidad no puedo decir ni siquiera imaginarme a dónde me están llevando, pero si puedo asegurar que es desgastante e incluso un poco decepcionante lo que se encuentra en el camino. A veces dudo en mantenerme fiel a mis ideales y, por mucho que lo haya deseado gran parte de mi vida, no creo que sea excusa suficiente para continuar haciendo algo que -literalmente- me consume. Pero si he de ser sincera, por mucho que lo reniegue, las más de las veces coincido con aquellos filósofos que afirman que las ideas van más allá de los hombres. Y no sé si me he convencido de eso, pero tal vez los ideales lo eligen a uno y nunca es al revés. Así que no hay salida ni escape.

De cualquier modo, no puedo evitar pensar en dos quotes que retumban en mi cabeza constantemente, la primera de Pedro Calderón dela Barca y la segunda de -creo- un autor anónimo:
- ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
 - Antes yo quería cambiar el mundo, ahora sólo espero que el mundo no me cambie a mi.
 Sigo pensando en ellas y en todo lo que implican...

ONCE AGAIN

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Hoy sucedió de nuevo: de mis repentinos impulsos llegó la idea de hablar con él. Después de un sueño que, como todos, reflejaba esos deseos contra los que no puedo -o no quiero- luchar, comencé a recordar detalles... los detalles que me hacen quererle, los detalles que me hacen odiarlo, pero al final los detalles por los que no he podido dejarlo ir. 

Y entonces marqué el número que tanto esfuerzo me había costado olvidar. Sonó hasta enviarme al buzón de voz, me sentí aliviada y traté de distraerme un rato, con fortuna la idea se marcharía de mi cabeza... pero no lo hizo, pasó el tiempo como pasa la eternidad hasta atraverme de nuevo a intentarlo. Marqué por segunda ocasión, sabía que era de esos impulsos que no podía controlar y que lo intentaría una y otra vez hasta conseguir una respuesta. Contestó al tercer tono, sólo pude atinar a decir un escuálido "hola", y apesar de la plática que ya había planeado en mi cabeza, supo quién hablaba al escuchar el saludo y comenzó a disculparse por no haber contestado antes y a explicar las razones escondidas tras de eso (que sí, incluían un ofensivo: "no estás dentro de mis contactos"). Dí un gran suspiro y pretendí que no importaba, estaba preparada para no enfadarme por sus desaires. Y así, comenzamos a charlar de lo que desde hace tiempo atrás se convirtió aparentemente en el único tema de conversación entre nosotros: his fuc"!#n life y lo miserable que es en ella. 

No pretendo entretenerme en los detalles de la conversación como me he detenido ya en la descripción que me llevó a ella. Sobre lo que sí quiero hacer incapie es en las razones que al reflexionar al respecto me hicieron darme cuenta porqué in my weakest moments suelo acudir a él, y es que está de más decir que precisamente no es la mejor persona escuchando mis 'vanales' problemas (aunque en algún momento y por las razones que hayan sido sí lo fue) o que acaso me siento segura al contarle my shitty life y esperar que al menos me brinde algo de confort (aunque en algún momento y por las razones que hayan sido sí lo hizo) y mucho menos que me sienta intimamente identificada y crea que es como yo -o en el peor de los escenarios que yo soy como él- (aunque hasta cierto punto sí me identifico con él). 

A lo que voy es a que es obvio que lo quiero, creo que no puede caber ninguna duda en mi al respecto después de años y años de soportar esta extraña forma de relacionarnos que -como es de observarse- no puedo ni describir, pero también es verdad que después de él no he querido a nadie de la misma manera... incluyendolo a él mismo y a la persona en la que se ha convertido y que no puede estar más lejos de ser de la que me enamoré. 

Sin embargo, por mucho que me gustaría que lo fuera, esa no es la razón de mis idas y vueltas a él (my safety place), sino que se trata de aquella necesidad de sentirme necesitada, de aquella necesidad de sentirme útil, de encontrar que mi existencia tiene sentido sino para mí, al menos para otra persona, de mi sentimiento de vacuidad que no se llena fácilmente, de no sentir que soy un fracaso, a loser, un "talento desperdiciado", de que la gente que tanto creía en mi me vea con lástima, y un sin fin de cosas más que no terminaría de enlistar y de las que aún prefiero esconderme. De cualquier modo, esa es la verdadera razón y, por más malo que haya sido, no lo merece y yo tampoco, y a decir verdad, ya ni siquiera funciona, 'my safety place' no lo es más. Ahora que lo sé ya no tiene caso esconderse, al menos en él... en nosotros.

DREAMS LIKE THOSE

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Hoy tuve uno de esos sueños pesados, y pesados en el sentido de que cada escenario es una respuesta a diferentes aspectos que rondan nuestras vidas, el problema siempre es recordar cada una de ellas y aplicarlas a la vida real.

El caso es que hay tres cuestiones importantes que quiero rescatar de éste antes de que acaben en el olvido:

1. La primera de ellas tiene que ver indudablemente con la escuela y el rumbo por el que académicamente (sí, y no laboralmente) continuará mi vida porque probablemente no hay nada aquí en lo que puedo seguirme desarrollando por el momento (y eso para decirlo de una manera en la que puedo sentirme bien al respecto). Así que viendo en mi sueño a mi asesor (que entre los más ha sido quien más me ha animado para estudiar una maestría) recordarme lo duro que de verdad es la vida y las cosas que hay que hacer para “ganársela” me recordaron mi gran sueño, mis ideales y que (este lejos o no) aun me faltan las herramientas necesarias para alcanzar lo que quiero o al menos para entretenerme en su búsqueda y, en un sentido más amplio, en la propia vida. Pero si he de ser sincera, no sé si me sirva de algo el saber más o conocer mejor sobre cosas que a la gente ya no le interesan aun cuando es la base para entender nuestra propia existencia. De cualquier forma, no importa, el hecho es que si hay que continuar ese parece ser el camino.

2. La segunda cosa se refiere y va íntimamente relacionada a la primera porque si bien es cierto que cuando llegue a ésta ciudad mi plan consistía en huir lo más pronto posible de la misma, no sé en qué momento el plan dejo de servir de guía y se convirtió en una segunda opción que podría o no realizarse en el orden que había previsto. Lo cierto es que nunca me ha gustado ésta ciudad (aun cuando sí siento cariño por ella, he de resaltar) y menos aún las manías que tiene la gente que en ella vive y que salen a relucir cuando uno va en el metro, en el micro o por la calle. No recuerdo qué cosa en mi sueño me hizo recordar lo que muchos habíamos temido y algunos ya habían notado, sí, la cosa es que me estoy volviendo una citadina. Y no pretendo ofender a nadie al sentirme ofendida por éste hecho, sin embargo, creo que las personas de ciudades grandes no pueden comprender lo que hay fuera de las mismas, la forma en la que se vive en otros lugares que no digo que sea mejor, sino que es diferente y es un diferente que lo hace a uno ser quien es, por lo que cuando me dicen que me estoy volviendo una “citadina” es como si muriera un pedazo de mí del que estoy orgullosa y que no quiero que lo haga!! Más aun cuando las actitudes con las que se reemplaza no son precisamente las mejores que pude aprender de la ciudad. Moraleja: No puedo seguir aquí, ese no era el plan y no es un buen plan B ni una opción viable por el momento, y no quiero regresar a mi casa todavía, así que mundo: allá voy!

3. Tercera y última cuestión que revuelve lo cursi, lo estúpido y lo idealista que soy (sí, todo junto y al mismo tiempo) se trata de aquella esperanza absurda en el amor y en la amistad que probablemente ÉL representaba tan bien en mi vida. En mi sueño mi hermana me contaba que ÉL iba a casarse y que sus amigos planeaban hacer no sé qué cosa tonta en la fiesta-boda-o lo que sea, no sé y ni me interesa porque como podrá imaginarse lo importante es ¡que iba a casarse! ÉL, que tanto renegaba de ese tipo de “instituciones”, iba a atar su vida a la de otra persona (que además no era yo) para perder la relativa libertad con la que uno nace (y no sé si es con la que uno debería morir). Como sea, probablemente esa era la última ancla que levar para zarpar a nuevos y -en el mejor de los casos- lejanos lugares para apartarme (todavía más) de ÉL al tiempo que de la misma idea de que sigue siendo la persona de la que me enamoré -tal vez en algún lugar escondido- y no aquel declarado DON en el que a todas luces se ha convertido.
Y así fue como mis deseos más profundos se dejaron observar para gritarme al mismo tiempo el camino por el que habría de continuar, para perderme y reencontrarme, para buscar y descubrir, para lo que sea, pero para ya no seguir aquí, en este lugar que ya no me da nada y empieza a quitarme, y a continuar entonces con el first day of the rest of my life.

FACEBOOK - (SOCIAL) GOSSIP NETWORK

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- Justo estaba viendo tus fotos en facebook.

El sentimiento de ver invadida mi privacidad fue sofocado por mi cara cool no pasa nada, a fin de cuentas para eso esta facebook. El portal en el que vendemos nuestra alma a (y al tiempo que nos convertimos en una de) las personas hambrientas de chisme para encontrar puntos de diferencia y encuentro los unos con los otros. Qué tan diferentes somos a esas personas que odiamos y qué podemos tener en común con aquellas personas a las que admiramos.

De cualquier forma, no puedo negar lo incómodo que hasta la fecha me hace sentir el ser observada en éste tipo de plataformas. Sí, resulta extraño cuando hace poco más de un año decidí abrir todos esos espacios para reflejar lo que pienso o lo que soy. Bah! O probablemente sólo para no quedarme afuera, sólo para no sentir el abatimiento de verme excluida de una sociedad virtual a la que realmente pero no virtualmente pertenezco, y en eso que puede sonar por demás ridículo se encuentra la clave de mi cuenta en facebook, twitter, tumblr y cuanta red social por la que haya pasado.

Así es, creo que nunca podré acostumbrarme a eso. Yo, una persona a la que le cuesta trabajo mostrarse y que se refugia en el dulce confort de la privacidad, sumergida a más no poder en ese mundo ilusorio lleno de pretensión y teenage vanity. No importa, de todos modos, no puede más que ser una farsa. Me explico:

Esas fotos, esas palabras elegidas, ese montaje de una vida, ¿qué tan real es? ¿qué tanto es uno mismo o el reflejo de sí? Porque después de todo la única realidad que reflejan las redes sociales es la que se escapa a cada instante de nuestras manos: la de nuestros evanescentes deseos. Y así, la foto que eliges de perfil en facebook o de avatar en twitter es la que no pudiste poner en la credencial del IFE. Los tuits que publicas son los que te hacen parecer más inteligente o gracioso para que nadie note lo aburrido, bobo o sin sentido que puedes ser. Los posts en facebook que extrañan a personas que se fueron, las fotos en tumblr de momentos o experiencias pasadas congeladas en el tiempo. Y la lista sigue y sigue… y la farsa también.