UN POCO DE HONESTIDAD

|
- Sí, claro, eres especial [dicho con sarcasmo y seguido de un blablableo que he decidido olvidar]
Mi respuesta: Jajajajajaja. Miles de risas que no podían denotar más obviamente la burla que me había provocado su comentario.
Sin embargo, pese a la soberbia que pudo demostrar mi reacción, lo que me causo tanta gracia fue el hecho de que llegara a creer que quiero ser única e irrepetible y por tanto especial. (jajaja, aun sigo escuchando risas en mi cabeza).
De hecho, si he de ser honesta, hace mucho que dejé de tratar de ser especial, de ser diferente, de encontrar mi lugar en el mundo al sobresalir del resto. Hace ya tiempo atrás renuncié al deseo incesante de trascender de alguna manera la mortalidad y quedar en la historia, así como de esperar el reconocimiento del mundo. Pero, por incongruente que llegue a parecer, tampoco quiero decir que no me agrade que las personas suelan creerlo, o que no me moleste cuando dejan de hacerlo. (Así es, tengo tintes de egolatría y vanidad)
Como sea, ya no busco ser especial, sólo busco ser yo y vivir con eso… conmigo.

DELIRIOS PARA COMENZAR EL DÍA

|
Si por mí fuera, ya no regresaba a la escuela. Si por mí fuera, ni siquiera regresaba a mi casa. Si por mí fuera, escapaba, no a otra ciudad, no a otro país, sino a otro mundo. A otro mundo donde no existieran las fronteras, las divisiones ni los límites. Escaparía a un lugar en el que la libertad se respirara cual oxígeno en el aire y no se tratase de una bonita ilusión vendida por titiriteros a marionetas. En donde los sueños alimentaran tanto como el desayuno de cada mañana la fortaleza del hombre. En donde la honestidad fuera la moneda corriente de cada día. Y en donde el amor impregnase todas y cada una las acciones del hombre. Mmm, si por mí fuera...

09 de Septiembre del 2008 siendo las 03:22 p.m. (pero como si hubiera sido ayer...)

|
Un día descubrí que (como a todo ser humano que pisa el planeta Tierra y durante al menos un momento en su vida) había una persona que me atraía más de lo normal. Una persona cuyos movimientos parecían tener más armonía y gracia que los de cualquier otra. Una persona cuyas opiniones aunque no llegaran a ser acertadas o verídicas y basadas en argumentos razonables, al menos sonaban interesantes. Descubrí entonces, que estaba enamorada (?) de ese peculiar ser, de ese chiko al que yo veía ser diferente entre los demás. Sin embargo, mi temor, mi gran temor (como ha sido siempre) era reaccionar de la misma manera en la que lo hacen todas las personas que he conocido enamoradas (y como ya me sucedió alguna vez): volverme una estúpida. Y fue por ese hecho que tome la siguiente decisión ante mis sentimientos: NEGARLO. Sí, esa era la salida, esa debía ser la salida. Nadie nunca lo notaría, ni siquiera yo, mucho menos él. Pero entonces sucedió lo que no esperaba suceder. Me hizo hablar, no de él y de mi secreta atracción hacia él (al menos no hasta ese momento), sino de mi y de lo que pensaba, o bueno parte de lo que pensaba, de lo que creía y de la forma en la que me conducía en el mundo. Conoció a mi yo preferido, a ese que siempre disfruto ser, a ese que nunca me pesa ser y dejar ser en el mundo. A ese que, por ser tan vulnerable a lo que pasa en lo que se ha construido como realidad, escondo en ocasiones (en muchas ocasiones, tal vez). Y de pronto sucedió, me preguntaste que si me gustabas, ¿cómo iba a negarlo? No podía, pero entonces ¿cómo afirmarlo? ¿cuáles eran las palabras para decir lo que sentía y lo que esperaba sin que llegara a sonar contradictorio o ridículo? Lo expliqué, me expliqué, o eso creo. Y pregunté lo mismo de mi para ti. ¿cuál fue tu respuesta? La indicada, al menos la indicada en ese momento para no sentirme presa y caer en el pánico de estar encerrada o bajo las órdenes de un sentimiento que no puedo controlar. Comenzamos a ser uno. Hasta que me di cuenta que la atracción que sentía hasta entonces podía convertirse en otro sentimiento. Y yo podría salir lastimada, otra vez... de nuevo... en el mismo juego. Pero no importó, no me importó, te amaba cada vez que tenía la oportunidad de hacerlo. Te amé, y no esperé que tú me amaras. Si yo lo sentía y me gustaba amarte aunque supiera que no era amada, ¡qué más daba no ser correspondida! ¡ESO ES! ¡Esa es mi respuesta! Te amo por mí, no por ti.

LIFE COMES AND GOES

|

¡Me gusta mucho viajar! y es que a veces creo, o más bien compruebo, que viajar me enfrenta a la inevitable tarea de reflexionar sobre lo que hago, sobre el momento de mi vida en el que estoy. Me hace preguntarme de dónde vengo y hacia dónde voy. Se vuelve (irónicamente) tan reconfortante como estresante. Pero las más de las veces es el sitio en el que me encuentro para estar conmigo y sólo conmigo, con mis alegrías y mis frustraciones, con mis sueños y mis desencantos. Todo para después recordar una vez más que la vida es sólo el momento en el que estoy.

ENOUGH IS ENOUGH

|

Por fin termina un trimestre mediocre como ningún otro, un trimestre que me dio todas las dudas habidas y por haber para resentir la elección de una carrera que ya no disfruto estudiar y que, por el contrario, estoy harta de pensar. Sin embargo, cuando reflexiono la situación me doy cuenta de que en realidad no se trata de haber hecho una elección incorrecta, sino la limitación a la que me obliga una sociedad que espera mantener a sus individuos felices y tranquilos con muy poco, que no los incita a buscar más, a pensar, a luchar por la autorrealización a través de la curiosidad y el conocimiento, y después a construir una utopía juntos. No, la sociedad en la que vivo es una sociedad reprimida, restringida a más no poder de todo aquello que excita el alma y el espíritu. Después de todo, tal parece que la idea generalizada es: “para qué leer cuando puedo encontrar algo más entretenido en la tele”. Mi problema es querer más de lo que se supone debería tener. No quiero pasar la vida pensando cómo funciona el ser humano en sociedad sin tener que preguntarme por qué existen las estrellas, o cómo es que sucede el milagro de la vida, o incluso me gustaría poder dudar de pronto sobre qué es la virtud o la belleza. Yo sólo quiero seguir soñando y vivir sin ajustarme a doctrinas que esperan explicarlo todo, y que aquello que no pueden explicar terminan por ignorarlo. ¿Cómo ignorar el enigma del mundo, de la naturaleza, del universo y de nosotros mismos? ¿Cómo adaptarme a una sociedad que me hace infeliz y querer salir de todo esto? ¿Cómo pretenden que integre al individuo a la sociedad si yo no creo en ésta sociedad? ¡¿CÓMO?!

USE SUNSCREEN

|
just listen...