IMAGINAR

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Siempre hemos creído que existe una verdad absoluta, o más bien, siempre nos han hecho creer que existe una verdad absoluta, pero ¿y si imaginamos que no la hay, si imaginamos que puede haber entonces verdades alternas, y tantas realidades como personas hay en el planeta? ¿qué pasaría entonces? Pues muy probablemente, el resultado de nuestra audacia nos haría ser catalogados como locos, y en eso quedaría nuestra imaginación, en locuras irrealizables.
Pero si salimos un poco de lo que es considerado “racional” encontraríamos el por qué de lo peligroso que puede resultar imaginar, soñar, pensar por uno mismo: “la imaginación es subversiva”. Y he ahí el gran problema de imaginar, porque si imaginamos en un mundo en donde ya todo esta dicho, en donde ya todo esta hecho, estamos atreviéndonos a pensar que lo que hay no esta bien o incluso que podría estar mejor. ¿Y qué es lo malo de eso? Que hay personas a las que si les conviene el orden en el que están las cosas y la forma en que todo se mueve. Y son, precisamente esas personas, las que tienen el poder de influir y hacerle creer a la gente lo que quieren que crean.
Por tanto, no debemos olvidar que tanto la verdad como la realidad social son, en sí mismas, constructos sociales, cada una es un devenir que se forma en la historia del hombre; y como la historia del hombre cambia y evoluciona, la verdad y la realidad social también lo hacen. Argumentos que nos llevarían además a comprender que nosotros mismos somos los creadores de la verdad y la realidad social y por consiguiente hasta de nosotros mismos, nos llevaría a descubrir que somos amos y señores de nuestra persona y que tenemos que empezar a hacernos cargo de lo que somos y de lo que pensamos.
Hay que abandonar entonces el camino de las imposiciones, el camino de las certezas, en donde ya no hay cabida para las dudas ni las opiniones, las sugerencias ni las reclamaciones, pues todo pretende tener una razón “natural” de ser, y todo es como es porque debe ser así. Creo que Foucault lo dice mejor que yo: “Quizás el objetivo más importante de nuestros días es descubrir lo que somos [lo que somos por imposición], pero para rechazarlo”.
La imaginación es nuestra salida, y no tenemos que hacer más que alimentarla de deseos, de ideas, de lo que queramos pues “la imaginación sólo puede viajar del lado de la libertad”. Y donde haya libertad, siempre habrá quien imagine la realidad de otra manera.
Y es que uno de los más grandes placeres del hombre es precisamente soñar, imaginar lo que podría ser en lugar de conformarse con lo que es. Y lo menos que deberíamos hacer en tiempos como estos que limitan nuestra capacidad de razonamiento es dejar de imaginar y construir nuestra propia utopía.