MI SOLEDAD

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Nunca me ha molestado la soledad. Si he de ser sincera siempre la he buscado cual si fuera imprescindible como respirar en la vida. Se ha convertido en una necesidad, en mi necesidad. Y tal vez por lo mismo me ha ¿impedido? (si es que puedo llamarle de alguna manera) involucrarme de una manera ¿profunda? con otra persona. De hecho, aun cuando se supone he llegado a ¿intimar? con muy pocas personas al grado de compartir de mi vida detalles que no suelo dejar al descubierto, nunca (nunca, nunca pero en serio nunca) he dejado (aunque tal vez si he querido) que alguien me conozca del todo, que alguien (quien quiera que sea y cualquiera que sea la relación que mantiene conmigo) me conozca del todo y sepa lo que pienso aun cuando no lo digo (ni lo quiero decir).
A decir verdad, estoy firmemente convencida de que, conscientemente o no, siempre marco un límite para cada persona que conozco que no debe ser cruzado. Siempre, y en la relación de cualquier tipo que he establecido con otras personas, ha habido las cosas que guardo para mí y sólo para mí, lo que es mío y no comparto. No sé si es bueno o es malo, y en realidad no me importa, porque no planeo juzgar mi vida de esa manera, sólo quiero comprender por qué pasa y cuáles son sus consecuencias. Y no para controlarlo, sino para trascenderlo. Puede que sea una meta inalcanzable, pero nada me impide al menos intentarlo.

STANDING HERE

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El tiempo se paró por un momento (que pareció una eternidad) para dejar al descubierto mi absurda realidad. Que sigo siendo la que soy pero diferente. Enfrentándome a lo mismo pero de distinta manera. Taaaaaaaaaan rara la vida es...