ENOUGH IS ENOUGH

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Por fin termina un trimestre mediocre como ningún otro, un trimestre que me dio todas las dudas habidas y por haber para resentir la elección de una carrera que ya no disfruto estudiar y que, por el contrario, estoy harta de pensar. Sin embargo, cuando reflexiono la situación me doy cuenta de que en realidad no se trata de haber hecho una elección incorrecta, sino la limitación a la que me obliga una sociedad que espera mantener a sus individuos felices y tranquilos con muy poco, que no los incita a buscar más, a pensar, a luchar por la autorrealización a través de la curiosidad y el conocimiento, y después a construir una utopía juntos. No, la sociedad en la que vivo es una sociedad reprimida, restringida a más no poder de todo aquello que excita el alma y el espíritu. Después de todo, tal parece que la idea generalizada es: “para qué leer cuando puedo encontrar algo más entretenido en la tele”. Mi problema es querer más de lo que se supone debería tener. No quiero pasar la vida pensando cómo funciona el ser humano en sociedad sin tener que preguntarme por qué existen las estrellas, o cómo es que sucede el milagro de la vida, o incluso me gustaría poder dudar de pronto sobre qué es la virtud o la belleza. Yo sólo quiero seguir soñando y vivir sin ajustarme a doctrinas que esperan explicarlo todo, y que aquello que no pueden explicar terminan por ignorarlo. ¿Cómo ignorar el enigma del mundo, de la naturaleza, del universo y de nosotros mismos? ¿Cómo adaptarme a una sociedad que me hace infeliz y querer salir de todo esto? ¿Cómo pretenden que integre al individuo a la sociedad si yo no creo en ésta sociedad? ¡¿CÓMO?!

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