FAIRY TALES

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Hay cuentos que me encantan, cuentos que no puedo dejar de creer y vivir para hacer realidad. Pero en el otro extremo están esos que, aunque bonitos, nunca he visto posibles. 

Soy de aquellas idealistas que creen en esas bonitas historias que cuentan que otro mundo es posible, que se deben combatir las injusticias y que la gente debe vivir dignamente. Sin embargo, también soy de esas personas que muchos catalogaran de amargadas porque no creo en el amor, o al menos no en esos cuentos que siempre acaban con un "y vivieron felices para siempre". 

Por lo que sé, ni unos ni otros han resultado (ya no se diga ciertos) caminos por los que se puede transitar fácilmente. De hecho, probablemente en eso se basan esos sueños en busca de lo que quiera que sea la felicidad. Por un lado, he visto amigos y amigas partir uno a uno para "vivir" el amor e incluso mis propias experiencias me han demostrado que no hay relación de pareja que, más haya de durar, sea un verdadero trabajo en equipo que impulse el potencial de cada uno de los involucrados. El saldo en ese aspecto ha sido mi falta de fe en el amor y, por mucho que pese, la continua desconfianza en las personas para lograr hacer amigos que no piense se irán o me cambiaran en la primera oportunidad que tengan. Por eso y más que nada es que me mantengo renuente a creer y vivir esos cuentos.

Luego están los cuentos idealistas que quieren un mundo mejor, esos son los que no me dejan, los que se encuentran tras cada paso y tras cada mala decisión que he tomado ultimamente. Y en realidad no puedo decir ni siquiera imaginarme a dónde me están llevando, pero si puedo asegurar que es desgastante e incluso un poco decepcionante lo que se encuentra en el camino. A veces dudo en mantenerme fiel a mis ideales y, por mucho que lo haya deseado gran parte de mi vida, no creo que sea excusa suficiente para continuar haciendo algo que -literalmente- me consume. Pero si he de ser sincera, por mucho que lo reniegue, las más de las veces coincido con aquellos filósofos que afirman que las ideas van más allá de los hombres. Y no sé si me he convencido de eso, pero tal vez los ideales lo eligen a uno y nunca es al revés. Así que no hay salida ni escape.

De cualquier modo, no puedo evitar pensar en dos quotes que retumban en mi cabeza constantemente, la primera de Pedro Calderón dela Barca y la segunda de -creo- un autor anónimo:
- ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
 - Antes yo quería cambiar el mundo, ahora sólo espero que el mundo no me cambie a mi.
 Sigo pensando en ellas y en todo lo que implican...

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