ONCE AGAIN

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Hoy sucedió de nuevo: de mis repentinos impulsos llegó la idea de hablar con él. Después de un sueño que, como todos, reflejaba esos deseos contra los que no puedo -o no quiero- luchar, comencé a recordar detalles... los detalles que me hacen quererle, los detalles que me hacen odiarlo, pero al final los detalles por los que no he podido dejarlo ir. 

Y entonces marqué el número que tanto esfuerzo me había costado olvidar. Sonó hasta enviarme al buzón de voz, me sentí aliviada y traté de distraerme un rato, con fortuna la idea se marcharía de mi cabeza... pero no lo hizo, pasó el tiempo como pasa la eternidad hasta atraverme de nuevo a intentarlo. Marqué por segunda ocasión, sabía que era de esos impulsos que no podía controlar y que lo intentaría una y otra vez hasta conseguir una respuesta. Contestó al tercer tono, sólo pude atinar a decir un escuálido "hola", y apesar de la plática que ya había planeado en mi cabeza, supo quién hablaba al escuchar el saludo y comenzó a disculparse por no haber contestado antes y a explicar las razones escondidas tras de eso (que sí, incluían un ofensivo: "no estás dentro de mis contactos"). Dí un gran suspiro y pretendí que no importaba, estaba preparada para no enfadarme por sus desaires. Y así, comenzamos a charlar de lo que desde hace tiempo atrás se convirtió aparentemente en el único tema de conversación entre nosotros: his fuc"!#n life y lo miserable que es en ella. 

No pretendo entretenerme en los detalles de la conversación como me he detenido ya en la descripción que me llevó a ella. Sobre lo que sí quiero hacer incapie es en las razones que al reflexionar al respecto me hicieron darme cuenta porqué in my weakest moments suelo acudir a él, y es que está de más decir que precisamente no es la mejor persona escuchando mis 'vanales' problemas (aunque en algún momento y por las razones que hayan sido sí lo fue) o que acaso me siento segura al contarle my shitty life y esperar que al menos me brinde algo de confort (aunque en algún momento y por las razones que hayan sido sí lo hizo) y mucho menos que me sienta intimamente identificada y crea que es como yo -o en el peor de los escenarios que yo soy como él- (aunque hasta cierto punto sí me identifico con él). 

A lo que voy es a que es obvio que lo quiero, creo que no puede caber ninguna duda en mi al respecto después de años y años de soportar esta extraña forma de relacionarnos que -como es de observarse- no puedo ni describir, pero también es verdad que después de él no he querido a nadie de la misma manera... incluyendolo a él mismo y a la persona en la que se ha convertido y que no puede estar más lejos de ser de la que me enamoré. 

Sin embargo, por mucho que me gustaría que lo fuera, esa no es la razón de mis idas y vueltas a él (my safety place), sino que se trata de aquella necesidad de sentirme necesitada, de aquella necesidad de sentirme útil, de encontrar que mi existencia tiene sentido sino para mí, al menos para otra persona, de mi sentimiento de vacuidad que no se llena fácilmente, de no sentir que soy un fracaso, a loser, un "talento desperdiciado", de que la gente que tanto creía en mi me vea con lástima, y un sin fin de cosas más que no terminaría de enlistar y de las que aún prefiero esconderme. De cualquier modo, esa es la verdadera razón y, por más malo que haya sido, no lo merece y yo tampoco, y a decir verdad, ya ni siquiera funciona, 'my safety place' no lo es más. Ahora que lo sé ya no tiene caso esconderse, al menos en él... en nosotros.

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